martes, 7 de agosto de 2012

Extraño encuentro


Extraño encuentro”

 Me encontraba a solas. La brisa y la melodía me acompañaban por esa calle oscura y desierta. No tenía miedo, pero presentía que algo ocurriría.

Seguí caminando, con la vista fija en el frente, como si una orda de personas me llevase tirando de las pestañas.

Me di cuenta que las cosas más extrañas y misteriosas duran un tiempo muy corto, tan corto que se convierte en eterno. En mi trayecto fui testigo de un suceso como éste, si bien lo recuerdo.

Caminaba con la mente en otro lado, cuando algo me distrajo completamente y dejé de pensar por unos segundos. La figura de una mujer pasó caminando por delante mío. Lo particular era que su cuerpo resplandecía de tal manera que me encandilaba al verla; era muy parecida a mí, aunque no pude ver bien su rostro.

En cuestión de segundos ella cruzó la calle, y un auto, que también resplandecía, la llevó por delante. Al instante desapareció.


Al ver esto, mi alma contempló que esa mujer era yo misma y quería advertirme acerca de mi destino. Sin vacilar ni pensarlo demasiado, con una sutil reverencia, me di vuelta y, cambiando mi rumbo, rechacé a la muerte.